Esta pieza única nació como un esbozo de exploración. En una época en la que estaba todavía descubriendo mi estilo, quise probar nuevas técnicas y texturas para desarrollarlo de la forma más personal posible. Esta obra es testigo de un instante mágico en el que sin pretensiones, sin intenciones de mostrar ningún resultado, la pintura cobró vida de la forma más auténtica posible: la que nace de manera totalmente orgánica, sin estudios, sin ideas previas. Un resultado que a mí misma me sorprendió, porque sentí que encontraba lo que buscaba casi sin ningún esfuerzo. 

En la composición, que arroja sensaciones de incompleta, se puede apreciar la naturaleza experimental de la obra. La figura surge en un espacio vacío que transmite el aura de obra empezada y nunca terminada. Efectivamente, mi intención se centraba únicamente en encontrar una manera innovadora de representar al animal. Cuando lo hice guardé este estudio casi como un tótem, sin ninguna intención más que conservar ese momento de creación genuina.

Este estudio y la técnica que desarrollé en él fueron el origen para la creación de mi posterior obra Serenidad, y nunca fui capaz de borrarlo o completarlo, porque he querido mantener vivo ese instante puro en el que sentí que me encontraba como artista.
 
Óleo sobre lienzo
40x40 cm
2015
 
Esta obra se entrega con un certificado de autenticidad firmado por la artista.

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